En un gran refugio para animales de la capital de Ucrania, Kiev, la veterinaria Natalia Mazur lleva en sus brazos a un gato de tres años, Murzik, cuya propietaria murió.
Vivía en Bucha, localidad de los alrededores de Kiev convertida en símbolo de las atrocidades imputadas a las fuerzas rusas durante su ocupación de los alrededores de la capital, en marzo.
«Su dueña sobrevivió a los bombardeos y a la ocupación, pero murió después, no pudo soportar la situación», relata la veterinaria, que sostiene al gato de ojos verdes.
Muchos animales domésticos ucranianos han compartido los sufrimientos de sus dueños desde el inicio de la invasión rusa a Ucrania el 24 de febrero. Algunos perdieron a sus dueños, o sus hogares, o resultaron heridos. Los más afortunados fueron acogidos en refugios, donde esperan hallar nuevos amos.
En el refugio temporal del gato Mazur, hay 19 perros y gatos: algunos son activos o ladran, otros son tranquilos, descansan, como Kai, un perro de siete años, como indica una pancarta colgada en su caseta.
Llegó el 19 de abril de Borodianka, otra localidad de los alrededores de la capital donde también se cometieron atrocidades. La pancarta indica que Kai recibió un tratamiento antipulgas y que tiene buen apetito.
Necesidad de afecto
«Cuando la guerra empezó vimos un alza del número de animales abandonados», dice Mazur, que dirige el hospital veterinario de Kiev y administra también este refugio, instalado en un pabellón de un centro de exposiciones.
«Con la ayuda de la ciudad y de los voluntarios, hemos decidido organizar este refugio temporal. También intentamos hallarles una nueva familia de acogida», explica a la AFP.
Perros y gatos están alojados en secciones diferentes. Los voluntarios se alternan para cuidarlos, alimentarlos o pasearlos.
Desde la apertura a fines de marzo de este refugio, 132 animales han pasado por él, procedentes de la región de Kiev pero también de este de Ucrania, donde se concentran los combates desde principios de abril. Unos 87 de esos animales han sido adoptados por nuevos dueños.
«Si un animal ha perdido a su dueño y ha sido expuesto a los combates y los bombardeos, necesita ante todo socialización», explica la veterinaria.
«Tienen la costumbre de estar con humanos, y por ello necesitan ternura y afecto, que alguien se siente con ellos y les hable».
Desde el inicio de la guerra, los animales domésticos ocupan un primer plano: son numerosas las imágenes de ucranianos que huyen de sus casas llevando consigo a sus gatos o perros.
Celebridades
Algunos animales se han convertido en celebridades, como Patron, un Jack Russell que ayuda a las operaciones de desminado en las zonas retomadas por las fuerzas ucranianas.
Patron, que tiene 300.000 abonados en Instagram, recibió incluso una medalla del presidente Volodimir Zelenski en mayo, y una distinción en el último festival de Cannes en Francia.
En el refugio temporal los animales son cuidados por voluntarios como Dmitro Popov. Este botanista de 28 años y su mujer no están autorizados a tener un animal en el apartamento que alquilan. Por eso decidieron «venir aquí y ayudar lo máximo posible», dice.