El bulldog francés fue la raza más popular en EEUU en 2022, y los veterinarios están preocupados

Braquiocefálico significa hocico corto/chato, y es una característica que se ha seleccionado en ciertas razas, principalmente en perros, gatos y conejos. Es una característica no encontrada naturalmente que ha ocasionado una gran variedad de problemas, deformidades y enfermedades debido a que se han seleccionado animales con caras cada vez más chatas o cortas. En las últimas décadas, la braquicefalia se ha llevado al extremo en perros como el bulldog francés, el bulldog inglés, pugs y pequinés, y en gatos, como el persa y el gato exótico de pelo corto.


Las razas de perros braquicéfalas, como el carlino y el bulldog francés e inglés, suelen ser más propensas a los problemas de salud debido a la forma de su cuerpo. Sin embargo, a pesar del mayor riesgo de sufrir graves problemas de salud, que a menudo son dolorosos y angustiosos, estas razas han aumentado dramáticamente su popularidad en la última década

De hecho, el American Kennel Club (AKC) anunció en marzo del año pasado que la raza de perro más popular del 2022 fue el bulldog francés, superando al labrador retriever, que ha sido durante 31 años el que ha ostentado dicha popularidad.

Sin embargo, aunque son conocidos por su carácter amigable y su comportamiento generalmente tranquilo, son propensos a tener problemas de salud. Los veterinarios estadounidenses explican que gran parte del sector veterinario está preocupado ahora que lo han condecorado como el perro más popular en Estados Unidos, y recomiendan a los que deseen comprar uno que lo “obtenga de un criador de renombre, que cuente con registros de salud y se haya preocupado por la detección de la enfermedad braquicéfala” en el animal.

PROBLEMAS QUE SE PUEDEN ENCONTRAR

En primer lugar, apuntan que los propietarios de esta raza de perros deben prevenir en sus mascotas el desarrollo del síndrome de obstrucción de las vías respiratorias braquicéfalas (BOAS), el cual es muy probable en los bulldogs debido a “su corta nariz, sus fosas nasales estrechas y su paladar blando largo”, entre otras características.

Lo cierto es que su fisionomía les provoca ronquidos, los cuales son usualmente apreciados por sus dueños como “sonidos bonitos”, a pesar de que, según comentan, “significan una obstrucción importante de las vías respiratorias que puede ser fatal”. En este sentido, relatan que “la cirugía puede mejorar su respiración, pero no los cura”. Además, “los problemas respiratorios también pueden provocar problemas estomacales como frecuentes con vómitos”.

Otra enfermedad que destacan es una hernia discal en la espalda, que puede provocar una parálisis repentina, requiere una cirugía para tratarla y puede o no tener éxito”.

También son habituales en los bulldogs franceses los tumores cerebrales. “Tienen una alta tasa de tumores cerebrales a una edad temprana porque su nariz corta los hace más propensos a desarrollar tumores de la glándula pituitaria y de células gliales”, exponen. Los veterinarios hacen referencia a un estudio publicado en 2015 que identificó al bulldog francés como una de entre las cuatro razas con un riesgo elevado de desarrollar glioma, uno de los tumores cerebrales primarios malignos más comunes en humanos y perros. Asimismo, los bulldogs, cuando son mayores, son propensos a desarrollar tumores en la base del corazón “debido al oxígeno crónicamente bajo que perciben”.

Por otro lado, recalcan que cuando son jóvenes “tienen un mayor riesgo que otras razas de desarrollar colitis granulomatosa, lo que indica la presencia de E. coli invasiva, que a menudo se trata con antimicrobianos de fluoroquinolona”. Por último, entre otros problemas comunes en estos perros, presentan más riesgo de fracturarse el codo que otras razas; también pueden padecer estenosis pulmonar, un defecto cardíaco congénito hereditario; son habituales en ellos los problemas de piel y las alergias; y los problemas oculares por la “posición hacia adelante de sus ojos debido a la apariencia de nariz aplastada”.