Alertan de que la dexametasona aumenta la resistencia antibiótica de los colirios en las conjuntivitis caninas

La superficie ocular está constantemente expuesta a una variedad de estímulos ambientales, y contiene diferentes mecanismos que funcionan como un primer nivel de defensa contra posibles patógenos.

Las bacterias a menudo invaden la superficie corneal dañada, lo que a su vez puede conducir a la aceleración de la pérdida de tejido corneal, lo que resulta en defectos de integridad estructural y pérdida potencial del ojo. Las consecuencias podrían ser una amenaza para la visión y pérdida de la integridad del globo ocular si el proceso de infección de la córnea no se trata de forma inmediata y agresiva, o si el organismo bacteriano causante es resistente al tratamiento antibiótico empírico.

El primer paso en el tratamiento de infecciones bacterianas de la córnea es la terapia empírica basada en datos epidemiológicos y el uso de los antimicrobianos sugeridos. Si bien se han informado grandes estudios epidemiológicos y de vigilancia de patógenos corneales en humanos, conjuntos de datos similares se informan de forma escasa en medicina veterinaria, por lo que la selección inicial del tratamiento con antibióticos se elige con frecuencia en función de las preferencias personales y la disponibilidad de fármacos oftálmicos.

En ocasiones, para el tratamiento de las conjuntivitis y como medida antiinflamatoria, se utilizan colirios con corticoides asociados, como la dexametasona.

Un trabajo internacional ha querido investigar el impacto de la dexametasona en la susceptibilidad a los antibióticos de patógenos oculares comunes en perros e identificar combinaciones seguras de antibióticos y esteroides para colirios en oftalmología veterinaria.

La dexametasona aumenta la resistencia antibiótica de los colirios en las conjuntivitis caninas

En el estudio se utilizaron 30 aislamientos bacterianos de Staphylococcus pseudintermediusStreptococcus canis y Pseudomonas aeruginosa, obtenidos de pacientes caninos con sospecha de queratitis bacteriana. Los aislamientos se analizaron frente a 17 antibióticos en presencia de concentraciones de dexametasona que oscilaban entre 0 y 2 mg/ml. Las concentraciones inhibitorias mínimas (CIM) se determinaron utilizando técnicas estandarizadas de microdilución en caldo y los cambios en la susceptibilidad se analizaron estadísticamente.

Descubrieron que la administración de dexametasona resultó en un aumento significativo de la resistencia a ciprofloxacino, ticarcilina, tobramicina y ceftiofur en S. pseudintermedius; ticarcilina en S. canis; y ciprofloxacino y moxifloxacino en P. aeruginosa. A pesar de estos aumentos, “la amikacina y la cefazolina mostraron un impacto mínimo en la resistencia cuando se combinaron con dexametasona, lo que indica su potencial para un uso seguro en terapias combinadas”.

Los hallazgos destacan, concluyen los autores, el potencial de la dexametasona para alterar la susceptibilidad a los antibióticos en los patógenos oculares caninos. Si bien la dexametasona puede aumentar la resistencia a ciertos antibióticos, “la amikacina y la cefazolina parecen ser opciones más seguras para la terapia combinada”.