El elefante de Borneo, dos reptiles endémicos de Canarias y uno de las Baleares son algunas de las especies cuyo peligro de extinción ha aumentado en años recientes.
Esto lo demuestra la última edición de la Lista Roja de Especies Amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
La lista ha sido actualizada este jueves y ahora evalúa con distintos niveles de amenaza a 45.321 especies de animales y plantas, un 27 % del total estudiado (163.040).
De las más de 45.000 especies amenazadas según la lista 863 tienen su hábitat en España (el país europeo con mayor número).
Mientras que en Latinoamérica destacan naciones de gran biodiversidad como México (2.614 especies), Brasil (2.475), Colombia (1.739), Ecuador (2.741), Perú (1.167) o Venezuela (945).
Por primera vez se han superado ella las 10.000 especies en peligro crítico, el máximo nivel de amenaza.
En la versión de 2024 son 10.031:235 de mamíferos, 232 de aves, 430 de reptiles, 799 de anfibios, 867 de peces, 435 de insectos, 745 de moluscos y 5.915 de plantas; cuando en 1996 eran sólo 1.820.
El elefante de Borneo
UICN destaca en primer lugar con su nueva lista la amenaza de desaparición que sufre el elefante de Borneo.
Este elefante es una subespecie de la que se estima que hay un millar de ejemplares en estado salvaje, considerados «en peligro».
Según la organización, la población del elefante de Borneo, el de tamaño más pequeño de la especie, ha ido descendiendo en los últimos 75 años.
Este acontecimiento por la excesiva tala de bosques en esa isla que comparten Indonesia, Malasia y Brunei; pero más tarde también por la expansión de la población humana en el antiguo hábitat del animal.
Reptiles de las islas españolas
El gran lagarto de Gran Canaria, la lisa de Gran Canaria y la lagartija de las Pitiusas, originaria de Ibiza y Formentera, están en creciente peligro de extinción.
Esto debido a la acción predadora en esas islas de especies invasoras.
En el caso grancanario, el gran lagarto ha empeorado su situación de especie con «precaución menor», el menor nivel de amenaza, al de «en peligro crítico»; la peor clasificación antes de considerarse extinguido en estado salvaje.
La lisa de Gran Canaria ha pasado de «precaución menor» al de «en peligro»; una amenaza ligeramente menor a la del gran lagarto de Gran Canaria pero que también exigiría mayores medidas de protección.
En ambos casos las poblaciones de estos reptiles se han reducido a la mitad en los últimos diez años.
Algo que los conservacionistas atribuyen a la acción de la serpiente real de California, una especie exótica que fue introducida en la isla en 1998.
En cuanto a la lagartija de las Pitiusas, su estatus ha caído también varios niveles desde «casi amenazada» a «en peligro».
Esto, después de que su población también se redujera a la mitad en 2010, en su caso por la actividad predadora de otro reptil invasor, la culebra de herradura, oriunda de la Península Ibérica.
Cactus de Atacama
UICN advierte que los cactus copiapoa, endémicos del chileno desierto de Atacama y muy populares internacionalmente como ornamento doméstico; corren cada vez mayor peligro de extinción.
Este peligro debido al mercado ilegal de estas plantas.
La nueva versión de la Lista Roja indica que un 82 % de las especies de estos cactus están en peligro de desaparecer. En 2013 ese porcentaje era menor, del 55 %.
La construcción de carreteras y viviendas en la zona donde estas plantas son oriundas, son una de las más áridas del mundo.
Provocando así, que sean más accesibles para los que comercian ilegalmente con ellas, destruyendo además parte de su hábitat, advierte la UICN.
No todas las especies han aumentado su nivel de amenaza en la lista actualizada de UICN. En ella mejora ligeramente el estatus de lagarto gigante de la Gomera, antes «en peligro crítico» y ahora «en peligro».
También mejora la situación del lince ibérico, como UICN ya adelantó la semana pasada. Este animal endémico del sur de España ha pasado de ser considerado «en peligro» a «vulnerable».
Esto, después de que la población de ejemplares adultos se haya multiplicado por diez en lo que va de siglo.