El análisis de los brotes letales en playas de Perú contempla la posibilidad de que el patógeno de las aves haya mutado para transmitirse de carnívoro a carnívoro.
Centenares de lobos marinos muertos o agonizando han aparecido desde enero en las playas de Perú. Los animales, unos majestuosos carnívoros que alcanzan los 350 kilos, sufren angustiosamente entre convulsiones y ahogamientos antes de perecer. Nunca se había observado algo así en la región. Un equipo científico confirma ahora que el culpable del brote es el salto del virus de la gripe aviar A(H5N1) desde las aves marinas a estos mamíferos salvajes. Los investigadores, peruanos y argentinos, no descartan una hipótesis espeluznante: que el virus haya aprendido de nuevo a pasar de mamífero a mamífero, como ya hizo aparentemente en una granja de visones española. Sería la primera vez que esto ocurre en la naturaleza.
La principal teoría de estos científicos es que los 634 lobos marinos muertos detectados se infectaron uno por uno, de manera independiente, al convivir con aves enfermas o comerse sus cadáveres, según explica el biólogo argentino Sergio Lambertucci, uno de los líderes de la investigación. El científico, sin embargo, destaca un episodio sospechoso: el 27 de enero se encontraron de golpe un centenar de lobos marinos muertos flotando en las aguas de Isla Asia, a menos de 100 kilómetros al sur de Lima. “No sería raro que unos cuantos de ellos hubiesen comido aves infectadas, pero ¿todos ellos?”, se pregunta el científico, del Instituto de Investigaciones en Biodiversidad y Medioambiente, en la ciudad argentina de San Carlos de Bariloche.
El veterinario holandés Thijs Kuiken, experto en enfermedades emergentes, es escéptico respecto a la hipótesis de que cada lobo marino se infectase por su cuenta. “Dado el gran número de ejemplares encontrados muertos, parece más probable que haya habido transmisión directa entre lobos marinos”, opina Kuiken, del Centro Médico de la Universidad Erasmus de Róterdam. “Es preocupante”, advierte el veterinario. “Es el segundo episodio de mortalidad masiva que sugiere que este virus puede adaptarse fácilmente a una transmisión eficiente de mamífero a mamífero. Si ocurre en visones y en lobos marinos, ¿por qué no va a ocurrir en humanos?”, alerta.
El virus A(H5N1) que está circulando por el mundo es un subtipo de gripe aviar altamente patógena. En Europa ha provocado la epidemia más devastadora de la historia, con más de 50 millones de aves de corral sacrificadas en apenas un año. El virus llegó a Sudamérica a finales de 2022, causando estragos en Perú, donde ha matado más de 50.000 aves silvestres, sobre todo pelícanos y piqueros, según los datos de los científicos peruanos y argentinos. El patógeno ha saltado multitud de veces de ave a mamífero, incluso a personas en casos excepcionales, pero después no se transmite de mamífero a mamífero. Los científicos temen que surjan mutaciones que provoquen una pandemia letal en humanos.
Thijs Kuiken cree que hay otra razón para preocuparse. “Hay imágenes de vídeo que muestran a personas en Perú tratando de rescatar a lobos marinos potencialmente infectados por el virus. Esos contactos estrechos aumentan las posibilidades de transmisión del virus de los lobos marinos a los humanos”, advierte. El Gobierno peruano ha pedido a los ciudadanos que no se acerquen a los animales silvestres. El 3 de enero, una niña de 9 años de la provincia ecuatoriana de Bolívar ingresó en la unidad de cuidados intensivos en estado crítico, tras estar en contacto con aves de corral, y después tuvo una evolución favorable, según la Organización Mundial de la Salud. Fue el primer caso notificado de infección humana por este virus de la gripe aviar en América Latina.
Los 634 lobos marinos muertos se han encontrado en diversas playas y áreas protegidas de Perú, como la Reserva Nacional de Paracas. Los investigadores han analizado seis ejemplares y han encontrado el virus en todos ellos, pero las necropsias de otros muchos muestran las huellas de la gripe aviar: neumonías hemorrágicas en los pulmones y encefalitis hemorrágicas en el cerebro. Sergio Lambertucci recuerda que los lobos marinos son animales muy sociales, que viven en colonias, a menudo hacinados. “Si hay que pensar en especies silvestres con más posibilidades de transmisión del virus de mamífero a mamífero, es en animales sociales como los lobos marinos, que conviven muy pegaditos unos a otros”, señala Lambertucci.
El mismo equipo de científicos peruanos y argentinos ya alertó el 19 de enero en la revista Science de que la llegada del virus de la gripe aviar amenazaba las aves protegidas en Sudamérica, incluido el cóndor andino. Los investigadores han decidido ahora publicar de manera urgente el primer borrador de su estudio sobre los lobos marinos, sin esperar a completarlo. “Queríamos dar la alerta lo antes posible por lo preocupante de la situación. Es el primer caso de mortalidad masiva de mamíferos salvajes en Sudamérica y podría ser el primer evento de transmisión intraespecie en mamíferos silvestres en el mundo”, explica Lambertucci. El biólogo argentino recalca que necesitarán semanas para realizar los estudios genéticos del virus esenciales para confirmar o descartar sus hipótesis.
El ornitólogo peruano Víctor Gamarra, coautor del trabajo, lamenta la lenta reacción de las autoridades. “Publicamos la carta en Science justamente para llamar la atención de los gobiernos latinoamericanos sobre la necesidad de hacer un seguimiento, un análisis epidemiológico, para ver qué otras especies estaban afectadas”, explica Gamarra, de la Universidad Nacional de San Agustín de Arequipa. “Hubo un silencio epidemiológico, en el que las instituciones públicas acá manifestaron que todo estaba bajo control. Y de pronto aparecieron estos reportes de gente que se encontraba lobos marinos muertos en toda la costa peruana. Ahí es cuando las instituciones empezaron a tomar algunas muestras”, relata el ornitólogo. Entre los coautores peruanos del estudio hay siete miembros del Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado.
En España hubo el año pasado 37 focos de gripe aviar altamente patógena en aves de corral y otros 138 casos en aves silvestres. En uno de los brotes, en una explotación con 150.000 gallinas ponedoras en Guadalajara, dos trabajadores se infectaron, sin desarrollar síntomas. En octubre, el virus entró en una granja peletera con 52.000 visones americanos en Carral (A Coruña), provocando una mortalidad de más del 4% en solo una semana. Un estudio encabezado por Montserrat Agüero, del Laboratorio Central de Veterinaria del Ministerio de Agricultura, sugirió que el virus aviar mutó en la instalación gallega y empezó a transmitirse de mamífero en mamífero. El brote español encendió las alarmas en todo el mundo. Incluso el médico británico Jeremy Farrar, recién nombrado director científico de la Organización Mundial de la Salud, alertó en sus redes sociales del riesgo de “una pandemia de gripe devastadora”.