La Administración de Control de Drogas (DEA) de Estados Unidos ha informado esta semana que entre 2020 y 2021, las identificaciones en laboratorios forenses del medicamento de uso veterinario, xilacina, aumentaron en las cuatro regiones de EE. UU., sobre todo en el sur (193 %) y el oeste (112 %). Asimismo, apuntan que las muertes por sobredosis de xilacina aumentaron un 1127 % en el sur, un 750 % en el oeste, más del 500 % en el medio oeste y más del 100 % en el noreste.
«Estos niveles de distribución geográfica y el rápido aumento de los impactos negativos para la salud cumplen con los criterios de amenazas emergentes utilizados por la Oficina de Política Nacional de Control de Drogas para juzgar cuándo el uso novedoso de una sustancia debe considerarse una amenaza emergente para la nación. Si bien las cifras nacionales de muertes por sobredosis se han nivelado o disminuido durante siete meses consecutivos, la xilacina está complicando los esfuerzos para revertir las sobredosis de opioides con naloxona, y amenaza el progreso que se está logrando para salvar vidas y abordar la crisis de los opioides«.
Tras la declaración pública, Estados Unidos tomará medidas para publicar una respuesta de todo el Gobierno que incluya prevención, tratamiento y reducción del suministro de esta sustancia. Por ello, Rahul Gupta, director de la Oficina de Política Nacional de Control de Drogas de la Casa Blanca, ha designado oficialmente al fentanilo adulterado o asociado con xilazina como una «amenaza emergente» para los Estados Unidos.
“Como médico, estoy profundamente preocupado por el impacto devastador de la combinación de fentanilo y xilacina, y como asesor de políticas de drogas del presidente Biden, estoy inmensamente preocupado por lo que significa esta amenaza para la nación”, ha expresado Gupta. “Es por eso que la Administración Biden-Harris está utilizando esta autoridad designada por primera vez desde que se aprobó en el Congreso en 2018. Al declarar la combinación de xilacina con fentanilo como una amenaza emergente, estamos siendo proactivos en nuestro enfoque para salvar vidas y crear nuevas herramientas para funcionarios de salud pública y seguridad pública. A aquellos afectados por el uso de xilacina: quiero que sepan que la ayuda está en camino”.
La xilacina es un tranquilizante no opioide aprobado por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) para uso veterinario, pero no para uso humano. Esta designación se produce después de una cuidadosa revisión del impacto de la xilacina en la crisis de los opioides, incluido su papel cada vez mayor en las muertes por sobredosis en todas las regiones de los Estados Unidos.
PLAN DE RESPUESTA ANTE LA CRISIS DE LOS OPIOIDES EN EEUU
Las autoridades estadounidenses han señalado que van a «monitorear patrones nuevos y en evolución de uso de sustancias, establecer criterios para determinar cuándo una sustancia o combinación de sustancias debe designarse como una amenaza emergente y declararlas cuando el director lo considere apropiado según los criterios». Estos criterios se publicaron a principios de este año y se centran en la presencia geográfica de una amenaza emergente, así como el impacto medido por métricas, como sobredosis en el transcurso de un año.
Desde la Casa Blanca han relatado que «el fentanilo era peligroso antes y lo es aún más ahora debido a su combinación con la xilacina. Abordar la crisis del fentanilo también requiere abordar las drogas, en particular la xilacina, con las que se combina el fentanilo. Salvar vidas es la estrella polar de la administración e impulsa la política de drogas del presidente».