Veterinarios en EEUU están bajando los precios de sus servicios para enfrentar la crisis del coste de vida actual

El impacto combinado de la pandemia por Covid-19, la guerra en Ucrania, las crisis energéticas, la inflación y otros nuevos retos, ha creado un entorno desafiante para los veterinarios. 

Sin embargo, aquellos que residen en EEUU, aseguran que les está yendo ligeramente mejor que en 2022, en términos financieros, de acuerdo con la segunda parte del estudio de CM Research acerca de la crisis del coste de vida para este sector y los dueños de mascotas.

Este informe describe cómo los veterinarios se están enfrentando a las actuales presiones, y las conclusiones permiten hacerse una idea de cómo debería adaptarse esta industria. Para esto, se consultaron a 151 veterinarios y 400 dueños de mascotas en EEUU de noviembre a diciembre de 2022, mientras que, de mayo a junio del presente año, a 156 veterinarios y 404 dueños.  

Pese a que los veterinarios estadounidenses se encuentran de alguna forma estables ante este contexto, han tenido que modificar sus gastos personales o incluso la forma en la que ofrecen o cobran sus servicios profesionales, situaciones que no los excluye de sentir preocupación por su nivel de vida, pues el 63 % en EEUU confiesa que su salario está por debajo del coste de vida actual; su preocupación aumentó un 9 % respecto al año pasado. 

Uno de los retos para los veterinarios estadounidenses es que alrededor de 1 de cada 3 dueños de mascotas tienen dificultades para pagar la atención veterinaria (40 %). Frente a esto, están ofreciendo tratamientos alternativos o más baratos para ayudar a los propietarios que no pueden permitirse una atención óptima. Cerca de dos terceras partes de los veterinarios han notado que los dueños buscan los tratamientos en línea o retrasan las visitas al veterinario como medidas de ahorro. Inclusive, después de Reino Unido, es probable que los veterinarios de EEUU discutan las opciones de eutanasia.

«Los veterinarios están notando retrasos y abandonos del tratamiento», expone el informe, y añade que «más del 60 % ha observado que los propietarios están explorando marcas de alimentos para mascotas más baratas». 

GESTIÓN DEL IMPACTO PERSONAL

Otro de los cambios más comunes entre los veterinarios estadounidendes es la suscripción a programas de alimentos para mascotas (32 %), mientras que el 24 % comenta que ahora labora más horas (frente al 14 % en noviembre de 2022) y el 21 % (frente al 11 %) está considerando cambiar de trabajo

Asimismo, EEUU está experimentando una mayor afluencia de clientes e ingresos obtenidos a través de servicios y consultas. No obstante, la disponibilidad de staff o personal auxiliar sigue siendo baja; a su vez, las ganancias por la venta de productos nutricionales siguen cayendo. 

En e documento también se resalta la preocupación de los veterinarios estadounidenses por el pago de las tarjetas de créditos o los préstamos (+10 %). Se le une la del cuidado de sus hijos (+ 7 %), mientras que su preocupación por el cuidado de sus mascotas ha disminuido considerablemente (- 7 %), los gastos de combustible/energía (- 9%) y de viaje/desplazamientos (- 6 %). 

A pesar de la presencia de distintas dificultades, el 39 % quiere seguir siendo un veterinario empleado. Referente a su desempeño profesional e invertir más tiempo en la investigación, se registró un gran decremento del 21 %. 

SITUACIÓN DE LOS PROPIETARIOS DE MASCOTAS

Ante la crisis del coste de vida, los dueños estadounidenses han reducido significativamente sus propios alimentos y son más conscientes de la cantidad de gas/electricidad que consumen diariamente, pues el 70 % declara estar preocupado por el coste de vida actual. El 43 % tiene un salario por debajo de la inflación y el 17 % no está trabajando. 

En cuanto a la alimentación de sus animales de compañía, el informe arroja que en comparación con 2022, ha habido un aumento de los propietarios que compran para sus mascotas a granel, o sino las nutren con comida casera o sobras.

Entre las principales preocupaciones de los dueños, las más comunes son los gastos en alimentos y combustible/energía, mientras que la menor consiste en los gastos por vacaciones.